Hace muchos años descubrí un libro que me fascinó: La sociedad del espectáculo, un trabajo filosófico publicado originalmente en francés en 1967. Actualiza y desarrolla el concepto de «alienación», denunciando que luego de la degradación del ser en tener, la fase social del «espectáculo» consiste en la degradación del tener en parecer.
Me mantuve interesado, continué leyendo sobre su autor, el situacionismo (su filosofía), miré sus filmes. Recientemente leí: Guy Debord, de Anselm Jappe. El libro se estructura en tres partes: «El concepto de espectáculo», «La práctica de la teoría» y «Pasado y presente de la teoría». Ayuda muchísimo a entender a el situacionismo en su contexto, las tradiciones filosóficas que lo sustentan y la evolución específica del pensamiento del filósofo francés, quien se caracterizó, precisamente, por poner su pensamiento en acción.
Citaré entones que: «Debord se presenta como un ejemplo de coherencia personal que no nace, como en otros casos, de un ideal ascético, sino de una auténtica repugnancia hacia el mundo que lo rodea». Alguien que lo conocía bien lo caracterizó como: «el hombre más libre que jamás he conocido».
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