Robespierre, el hombre que llegó lejos

Robespierre, el hombre que llegó lejos

Maximilien Robespierre se asocia con un momento histórico bien específico: la época del terror (la Terreur, en francés), esos años en los que la revolución francesa derivó en la ejecución de miles de personas. Él es el mayor representante de ese breve e intenso período.

«Robespierre: Una vida revolucionaria», de Peter McPhee, se considera su mejor biografía. Describe al personaje histórico y su contexto, pero también el ser humano, sus padecimientos, las jornadas interminables de trabajo del joven abogado que en el momento en que estalló la Revolución de 1789 solo tenía 31 años: «Pero la mayor parte del más de un centenar de biografías… tiene un carácter curiosamente inhumano y estático, como si el personaje no fuera más que la encarnación de un conjunto de principios revolucionarios». Robespierre siempre ha sido retratado y cosificado de forma maniquea como la personificación de la dictadura jacobina o como el emblema de la pureza democrática, en lugar de considerarlo (dice McPhee): «un joven con tanta incertidumbre con respecto al futuro como entusiasmo ante las posibilidades que este ofrecía».

En mi caso, me resulta fascinante, no solo su biografía, sino también comprender cómo las buenas intenciones de una revolución popular (tan influyente en todo el mundo occidental) derivó en un período de terror sistemático. Buena parte de la respuesta fue la particularísima coyuntura de enfrentamientos contra amenazas internas y externas. Unas palabras de Robespierre al respecto: «… la máxima principal de vuestra política deberá ser la de guiar al pueblo con la razón, y a los enemigos del pueblo con el terror. Si la fuerza del gobierno popular es, en tiempo de paz, la virtud, la fuerza del gobierno popular en tiempo de revolución es, al mismo tiempo, la virtud y el terror. La virtud, sin la cual el terror es cosa funesta; el terror, sin el cual la virtud es impotente»; y concluye: «El terror no es otra cosa que la justicia expeditiva, severa, inflexible».

Se trata de un libro documentado y riguroso: importante para conocer al personaje histórico, a la persona humana y los tumultuosos años de la revolución francesa que vivió. Algunos de nosotros, actualmente vivimos una época de falsas épicas y de batallas discursivas con pocas consecuencias fácticas, de imposturas, demagogos y verborrágicos, por eso, la mejor síntesis sobre el revolucionario Robespierre parecen ser estas palabras de su rival político, el conde de Mirabeau: «Este hombre llegará lejos: cree en todo lo que dice».

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